jueves, 7 de julio de 2011

El último dragón blanco (capítulo 14)

Xaj llegó a Prosperius, a pesar de ir a bastante altura la ciudad era imponente. Se dirigió al torreón más alto que surgía del suelo como un dedo humano que intentaba tocar el cielo. Entró por la ventana y allí se encontraba sentado, era un hombre de cuarenta años de edad, musculoso, canas empezaban a asomar a su cabeza de pelo gris, una perilla adornaba su rostro dándole un aire de autoridad.
—Mis más sinceros saludos Lord Levén— pronunció el fénix.

—¡Xaj, amigo mío! Cuanto tiempo sin verte, espero que tu visita sea para traer buenas noticias.
—Me temo que no mi señor. Un enorme ejército mandado por Karkroll en persona se dirige hasta vuestra ciudad con el único fin de borrarla para siempre de Ugrundor.
—Vaya—la voz del gobernante se llenó de preocupación— así que el día que marca la profecía se avecina.
—Lord Levén, igual la profecía habla sobre el posible fin de la ciudad, también habla de un muchacho que la salvará. Ese chico existe, he estado con él. Va acompañado de otros cuatro amigos. En tres días estará aquí. Ellos junto con tus tropas salvarán la ciudad.
—Tres días—dijo pasándose las palmas de sus manos por la cara—¡Que preparen mi caballo inmediatamente!— ordenó a los soldados que estaban en la habitación.—Bien mi querido Fénix, si no tienes nada más que contarme sal en busca de esos chicos y tráelos ante mí. Yo tengo alertar a la ciudad, preparar a mi batallón alpha y reclutar hombres de todas las aldeas cercanas. La batalla que decidirá el futuro de mi gente estallará en menos de una semana y tengo mucho trabajo que hacer. El fénix se envolvió en llamas y salió por la ventana en dirección a Tyuark, la aldea donde se encontraban los chicos. Quería saber que había sucedido con aquella sombra que vio cuando pasaba cerca de la aldea en dirección a Prosperius.


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