Mientras tanto lejos de allí Erlond, el viejo elfo que ayudó a los amigos se encontraba en un claro del bosque esperando, algo importante había ocurrido. Una llamarada se precipitó sobre el claro como si se tratase de un meteorito. Una del fuego una voz surgió.
—Hola viejo Erlond.
—Hola viejo Xaj, parece que la profecía está cerca de cumplirse.
El fuego se apagó y dejó ver el cuerpo del fénix.
—Si, yo también he notado el despertar de un inmenso poder, pero Karkroll también lo ha percibido, ha movilizado su ejército antes de hora, están partiendo ya hacia Prosperius, un ejército tan numeroso como el que ha reunido no tardará más de siete días en llegar a la ciudad, debo partir inmediatamente para avisarles y que se preparen para la batalla final.
—¿Sabes algo de los cinco chicos?— el elfo parecía preocupado.
—Han matado al Kraken que habitaba en le Lago de Akras y han liberado a Arturo, la aldea de Tyuark les dará asilo.
—Vaya, parece que tendremos suerte, espero que mi viejo amigo Ualgaraj, él les podrá enseñar mucho más de lo que yo les pude ofrecer aquí.
—Tranquilo Erlond, gracias a ti rescataron a Arturo y ahora gozan de mucha confianza, además el heredero del Dragón Blanco ha dado su primer síntoma de vida, ahora debo marcharme hacia Prosperius, falta muy poco para saber si la leyenda del dragón blanco es cierta.
El fénix se envolvió en una bola de fuego se elevó por los aires y desapareció, miró en dirección a La puerta del infierno y algo le inquietó, una forma oscura sobre volaba el Lago Akras en dirección a Tyuark. <<Con la ayuda de Ualgaraj y el poder descubierto espero que sea suficiente para escapar de este nuevo ataque, parece que el señor oscuro va a por todas, debo llegar pronto a Prosperius>>.
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