Estuvimos todo el día dando vueltas por la zona en la que me crucé con el chaval. El agente Garmendia y la agente López interrogaron a varios confidentes sin poder sacar nada en claro. -La cosa no pinta nada bien- dijo Garmendia con preocupación.
-Tengo una idea.
Todos miramos a la agente López para que prosiguiera.
-Le tenderemos una trampa. Tu iras a tu cita con un falso paquete, se lo mostraras al contacto y entonces entraremos nosotros en juego.
Me dirigía con paso poco firme a mi cita. En el bolsillo llevaba un paquete exacto en tamaño y forma. Llegue al lugar acordado. Ya era de noche. Llevaba todo un día sin dormir. La humedad mojaba la ropa. Encima me hacian esperar. Diez minutos mas tarde apareció un hombre alto vestido con un largo chaquetón negro.
-Dame el paquete.
Su voz era grave y firme. Metí la mano en el bolsillo para cogerlo y entregarlo cuando de pronto un liquido me salpico la cara y el hombre que tenia enfrente cayo sin vida al suelo. Me toque la cara. Era sangre. No era mía. Eché un vistazo al cadáver. Le habian disparado a la cabeza. Intenté salir corriendo pero choque con el agente Garmendia.
-¿Qué esta pasando?
Saco una pistola automática con silenciador y me disparo en la cara.
Garmendia volvio a la berlina con cristales tintados.
-¿Todo arreglado?
-Si jefa.
-¿Te dio el chaval el paquete?
-Ese chiquillo enganchado a la coca en base nunca me ha fallado. El paquete esta en tu despacho.
-Bien, entonces doy por cerrado la fuga de de informacion.