La semana pasada se me hizo tarde en el curro y salí ya de noche, crucé por una plaza para acortar camino y vi unas criaturas fuera de lo normal. El más alto debía medir un metro y medio más o menos, a pesar de que era de noche todos llevaban gorra o capucha, supongo que es para que no se les enfríe la cabeza y muera congelada la única neurona que tienen. Lo de que sean nulos cerebralmente son hechos probados, por ejemplo si llevas gorra de noche eso ya dice algo de ti, segundo no saben como ponérsela, o la llevan con la visera muy arriba que casi se les cae para atrás o la llevan de lado de forma oblicua y solo encima del pelo que si hace aire se les vuela, además no se si se han fijado pero no conocen cual es su talla de ropa. Si ya de por si es terriblemente horrorosa la forma de vestir encima se la compran cinco tallas más grande, supongo que mantienen la esperanza de crecer, eso si, jamás se les escaldarán los cojones porque les roce el pantalón. Hablando del pantalón, leva por lo menos doscientos bolsillos, es normal que cuando se pelean entre ellos saquen navajas, cadenas, bates de béisbol… si es que pueden llevar en esos bolsillos hasta más amigos suyos.
De todas formas se ve que no son muy amigos entre ellos, ya que siempre se llaman de usted, son gente educada por lo menos. La música que oyen también es muy diferente, es terriblemente repetitiva, es una frase en plan “dame más gasolina” o “dale con el látigo” repetido hasta que las propias palabras pierden su sentido aderezado con un ritmo del tipo cuhn unos segundos de silencio para continuar con tachundanchun y volver con chun, también repetido hasta la saciedad. Pienso que es esta música las que ha matado a casi la gran mayoría de todas sus neuronas, bueno eso y que se beben los litros de cerveza como si fueran vasos de manzanilla. Bueno queridos reclutas de la vida, nos vemos la semana que viene con otro caso que me haya acontecido, un saludo y que nadie os toque los cojones.
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